MARIELA BESUIEVSKY
"Nadie tiene la bola de cristal con el público"
La productora de cine uruguaya recibe cada vez más reconocimientos internacionales. De "El dirigible" a subir a recibir un Oscar por "El secreto de sus ojos".
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Montevideo es un lugar muy lejos donde no puedo mentir y alguien siempre me está esperando", decía el escritor Juan Carlos Onetti desde su exilio en España. Con esas mismas palabras la productora de cine Mariela Besuievsky describe su relación con la capital de Uruguay. La elección no es casual. Ella también está en Madrid; la frase expresa lo que siente y es la cita que se usó en el afiche de El dirigible (1994), película emblemática para el cine uruguayo y para su carrera. Una carrera que la llevó a recibir un Oscar por El secreto de sus ojos (2009) y a ser elegida el año pasado por la Academia de Cine Europeo como la persona que más aportó a la coproducción en 2011.
Esos y otros premios que recibió Besuievsky en los últimos años en festivales como Venecia, Cannes y Roma no le han quitado su humildad ni su frescura. "No tengo compañeros de clase en España, que son los que dejan al descubierto la edad", dice entre risas, cuando comenta que prefiere que el dato se omita.
Pese a vivir en España desde hace 17 años habla sin acento -"me comunico casi todos los días con Montevideo y voy al menos dos veces por año"-, una característica que no pasó por alto un artículo de Radio Televisión Española que la define como el "nuevo establisment" del cine. "Usted quizá no lo sabe, pero una de las personas más poderosas del actual panorama de la producción hispanoamericana es uruguasha, de Uruguay, vamos. Se llama Mariela Besuievsky y ha estado sobre el escenario del Kodak Theatre para recoger un Oscar", escribió Agustín Alonso.
DEL OMBÚ A CUBA. Nieta de inmigrantes rusos e hija de arquitectos, la infancia de Mariela transcurrió en barrio Jardín de Montevideo, una pequeña zona entre Bulevar España, Bulevar Artigas y 21 de Setiembre. Fueron años divertidos. Frente a la puerta de su casa había un ombú enorme, donde ella, su hermana menor Carolina y otros amigos del barrio jugaban y hasta merendaban.
Desde que tiene memoria, las hermanas Besuievsky aprendían danza. Carolina continuó por ese camino -hoy es una destacada bailarina y coreógrafa- pero Mariela se decidió por la actuación. Cursó la Escuela Municipal de Arte Dramático (EMAD) y participó de Los tres, la primera producción uruguaya en televisión tras el retorno de la democracia.
Fue en ese programa que transmitía Canal 10 que Mariela se dio cuenta que el detrás de cámara la atraía. Trabajó en un mediometraje dirigido por Héctor Manuel Vidal, en una obra de teatro infantil que ganó un Florencio, pero quiso buscar otras posibilidades. "Eso de estar esperando a que te llamen no lo soportaba", cuenta. Decidió irse a Cuba.
La experiencia en la escuela de cine y televisión San Antonio de los Baños la define como "espectacular". En esa época organizaba las producciones de los estudiantes, la contrató la televisión cubana como asistente de dirección de un programa infantil y terminó de asegurarse de que la producción era lo suyo. "Lo manejaba muy bien, me sentía comodísima".
Con otros uruguayos (Pablo Dotta, Daniela Speranza y Nelson Wainstein) fundaron Producciones del Tomate. En sus primeras vacaciones en Uruguay produjeron La superficie, con dinero que Mariela recolectó entre conocidos y amigos de sus padres, que ganó el premio al mejor cortometraje en La Habana. Envalentonados, regresaron a Cuba e hicieron un mediometraje, Tahití, que también dirigió Dotta y obtuvo reconocimientos en ese país.
El grupo volvió a Montevideo en 1990 con el proyecto de El dirigible -que era la tesis de Dotta- bajo el brazo. Regresaban a un Uruguay que no estaba acostumbrado a la producción nacional. "Pasaron dos cosas muy graciosas", recuerda Mariela. No había cómo sacar legalmente del país el material para revelarlo en Argentina. Un diplomático fue quien se propuso buscar en la letra chica, hasta que encontró un artículo que permitía que un diario de Salto se imprimiera en Concordia. Gracias a eso, pudieron concretar el traslado. Ya con la película lista, se encontraron con otro impedimento, esta vez para presentarla en Cannes. Les pedían un "certificado de nacionalidad", figura no prevista en Uruguay. Mariela logró que en el Ministerio de Educación les hicieran un "papel inventado" pero que aceptaron. "Uno mira para atrás y dice pah, qué cosas más raras y no fueron hace tanto".
ENERGÍA. México, Berlín, Madrid. Gerardo Herrero y Mariela Besuievsky se cruzaron en varios festivales. Tenían conocidos en común y Herrero la invitó a trabajar a Madrid. Él quería hacer más producciones y ella le pareció la persona indicada. Mariela aceptó. Era febrero de 1995. No le costó adaptarse aunque extraña, en especial a su hermana, su madre y su sobrino. Una caminata por la rambla montevideana es imprescindible para recargar las pilas. Y si es con sus amigas Lea e Irene mucho mejor.
Pero volvamos a España. "Como en 1999 o en el 2000 me asocié a Tornasol Films y después Gerardo es el padre de mis hijos Martín (14) y María (11), etcétera... Más que una coproducción fue", dice riéndose.
- ¿De Gerardo qué es lo que te enamora?
- Es alguien que no podría vivir sin él. No podría. Nos gusta muchísimo estar juntos, compartir cosas, hablar...Me parece que cuando dicen eso de `encontraste tu media naranja`, yo la encontré. Hay una compenetración muy fuerte, siempre nos hemos llevado muy bien. Y le gusta mucho Uruguay, es un fan del país. Eso es fundamental. (Y se ríe otra vez).
Desde que Mariela llegó a España Tornasol films ha realizado unas 85 películas y ella ha producido más de 50. Sólo por nombrar algunas (arbitrariamente): Un cuento chino (2011), Las viudas de los jueves (2009), El secreto de sus ojos (2009) Los crímenes de Oxford (2008), El aura (2005), El hijo de la novia (2001) y El coronel no tiene quien le escriba (1999).
Producir implica múltiples facetas. Tener una idea, plasmarla, pensar el director y el casting puede ser una variante. También que el guión ya llegue listo, con director incorporado y haya que buscar actores y conseguir el dinero. "Es decir, tiene muchas entradas, muchas puertitas, pero en general es la parte más creativa de todo el proyecto, la financiación y la ejecución hasta que se hace una película. Después la comercialización, el momento que se estrena, quién y dónde se vende", explica sobre su trabajo.
Para que acepte desarrollar un proyecto algo le tiene que hacer tiling. Más racionalmente, piensa si puede funcionar en España. Y cuando un tema le interesa le busca la vuelta para poder llevarlo al cine. La clave es evaluar cuidadosamente dónde pone la energía, porque si algo lleva una película, sea grande o chica, es energía y tiempo. "Uno se equivoca todo el rato, pero desde el principio trata de no equivocarse porque es tanto tiempo, tanto dinero en juego y tanto esfuerzo, que cuando tenés una empresa o una compañía tenés que tratar de equivocarte lo menos posible", afirma Mariela.
En estos años aprendió a equivocarse menos. A cómo ver las películas, a medir mejor el tiempo que hay que dedicarle, a salirse de los problemas para mirarlos desde otro ángulo y a fracasar. Es que en el cine una de las reglas es: "Lo más seguro es que fracases". Es "duro, muy duro".
Los viernes de estreno de una película son para Mariela el peor momento del año. Son días "horribles", en especial cuando se trata de films donde hay mucho en juego. Piensa en qué se equivocó, qué hizo mal. De esas experiencias también aprendió a no flagelarse demasiado para poder seguir.
Claro que si todo va bien, ese viernes horrible se transforma de pronto en el mejor día del mundo. "Pero a veces hiciste tan bien las cosas y salen mal igual. Nadie tiene la bola de cristal con el público. Eso es así. Tampoco los americanos la tienen. Hay películas inexplicables", dice.
De todos modos, las gratificaciones llegan y en su caso, en grande. Como cuando subió al escenario a recibir el Oscar. Como cuando termina una película y le gusta. Eso le sucedió con Jamás leí a Onetti (2011), un autor que para ella es "un viaje en dirigible sobrevolando Montevideo".
UN OSCAR QUE VIAJA
"El Oscar por El secreto de sus ojos fue impresionante, uno no tiene conciencia del momento cuando lo está pasando. De todo el equipo yo era la que más tenía fe de que lo íbamos a ganar. Gerardo me decía: `no te hagas tantas ilusiones`. Y yo le decía: `vas a ver que lo vamos a ganar`. Fue muy emocionante. En el momento antes del anuncio, me vino un miedo así de no no no. Oí que aplaudían más otra película en la sala. Cuando nos nombraron fue muy emocionante, muy muy muy. Salimos ahí al escenario y a mí se me caían las lágrimas, fue una emoción increíble. Son cosas lindas. Esa película tuvo muy buena estrella siempre. El estreno fue muy lindo, San Sebastián fue muy lindo, en Buenos Aires fue apoteósico", recuerda Mariela. El Oscar viaja entre Argentina y España. Y cada vez que pasa por las respectivas aduanas, hay algún guardia de seguridad de rayos X que pide para sacarse una foto con el premio. "¡Es siempre muy divertido!", cuenta.
Mariela tiene varios sueños en el ámbito profesional, pero la mayoría prefiere no contarlos en público porque espera que se concreten. Una excepción es producir un espectáculo para su hermana Carolina. "Ideas sobran, el tiempo es lo difícil".
SUS COSAS
Un músico
Si de música se habla Mariela Besuievski elige a Fernando Cabrera. Trabajaron juntos en El dirigible, Tahití y mucho más recientemente en Jamás leí a Onetti. "Creo que es uno de los artistas mas completos que tenemos, como poeta, cantautor, músico", dice.
Costumbre que añora
"El mate, que sola no me gusta tomarlo…Gerardo no toma, en la oficina la directora de marketing es cordobesa, pero los cordobeses lo toman dulce, que no me gusta. Alguna vez me junto con Jorge Drexler, el otro día le escribí que tomemos unos mates, pero estaba de viaje, viaja mucho. Tomo mate con los argentinos cuando vienen, sola no da".
Un libro (o dos)
"Cuando empezamos a trabajar con Gerardo yo le regalé un libro, Arráncame la vida, y él me regaló uno a mí, Malena es un nombre de tango. A mí me encantó. Dijimos que íbamos a hacer las dos películas. Malena es un nombre de tango la hicimos, fue la primera que produje con él. Arrancame la vida ya la habían comprado; no pudimos".
Etiquetas: España - tiene - cine - película - mariela -
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